jueves, 31 de mayo de 2007

La DIGITOPUNTURA, un curioso arte

Ayer mientras leía un articulo sobre las distintas formas de aliviar el dolor leve de las migrañas, encontré un método que, como poco, es curioso: la digitopuntura, que es igual a la acupuntura pero sustituye las agujas por la "imposición de los dedos".

Para dolores ubicados en la zona capital, ya sean dolores de cuello, de muelas, faciales o leves cefaleas, los fisioterapeutas habituales en esta técnica realizan una ligera presión en un determinado punto de la mano que se relaciona, directamente según esta ciencia, con el alivio del dolor.

No nos volvamos locas, que esto no es como intentar poner en práctica el punto G masculino, es mucho más fácil. Tan fácil que parece mentira que pueda funcionar.

El famoso punto viene a llamarse IG-4 y se localiza en el dorso de la mano, un centímetro por encima de la unión de los metacarpios del pulgar y el índice.



Para los menos duchos en estos nombres corpóreos, podéis buscar en las imágenes de Google introduciendo el nombre del punto.

Se supone que hay que ejercer una ligera presión en este lugar con un dedo (cosa que puede ponernos de los nervios mientras esperamos) o bien, con la punta roma de un lapiz... un bolígrafo... un palillo chino, imaginación al poder.


En fin, un supuesto remedio tan sencillo que parece poco fiable.

Habrá que probarlo.

Salud y un beso.


Aportación de Lucila_Afrodisia.
Como siempre, muchas gracias ;-)

1 comentario:

Raquel dijo...

UN DATO IMPORTANTE:

Estoooo... se me ha olvidado comentar que la presión en este punto tendrá una duración de entre 2 y 10 minutos.

Todo depende de la paciencia con la que contéis en ese momento.

Como remedio a mi despiste os aconsejo otra fórmula mágica:

Consiste en preparar dos barreños con agua dentro de la bañera; Uno de ellos con agua caliente (a unos 40ºC) y el otro con el agua algo más tibia (sin que llegue a estar fría del todo)

Una vez tengamos el agua lista, alternaremos los pies. Primero metemos un pie en el barreño caliente unos cinco minutos, lo sacamos e introducimos el otro pie que aún tenemos sequito, en el de agua tibia. Así sucesivamente durante unos 20 minutos vamos alternando nuestros pinrreles en el agüita.

No hace falta decir que esto relaja bastante, sobretodo si nos hemos pasado el día de pie. Pero lo que conseguimos con todo este ritual es que, al "reactivar" la circulación en nuestras piernas, la presión de la cabeza disminuye, y también el dolor.

Ala! al agua patos!